En el marco de las entrevistas semanales, presentadas por Travel Ace Assistance, fijamos la mirada más allá de la estelaridad de los primeros equipos, encontrando historias que también retratan el sentido de pertenecer a COBS & COGS.
Es así como llegamos a Victoria Müller, jugadora del equipo Primera B de COGS y actual educadora de párvulos en Craighouse School, quien es heredera de una tradición familiar iniciada por su padre Ronald, destacado ex directivo del club, y que también comparte con sus hermanas Micaela y Nicole. Conócela en este mano a mano con cobsandcogs.cl
-¿Cómo es esto de vivir el club en familia?
-«Nosotras somos tres hermanas, y dos formamos parte del club desde muy chicas, y viene totalmente de mi papá, él ha sido COBS & COGS toda la vida, fue parte de la directiva, estuvo a cargo de los Old Friends, y nos inculcó los valores, sobre todo la amistad, que se nota en los eventos, de respetar al otro, conocerlo, el ir a ver las mujeres a los hombres y viceversa, siempre se ha dado eso y nos marca como institución».
-Después de tu etapa escolar, te incorporaste directamente a Primera B, ¿por qué?
-“Nunca quise meterme al Plantel Adulto, me han pedido irme a Intermedia, pero me quedo en este equipo, las presiones son mucho menos y siento que también la competencia entre nosotras, si bien se dice que esta categoría es más recreativa, pero igual últimamente queremos sacarnos esa etiqueta y ser más competitivas, hemos trabajado en tener un equipo más consolidado, que nos vaya bien, que exista compromiso, lo que nos ha costado mucho, pero se ha ido logrando y hemos crecido bastante»
-¿Ha sido muy complicado entrenar en estas condiciones tan particulares?
– En Primera B existe mucha diferencia de edades, muchas trabajan, tienen familia, estudian, por lo tanto, hemos tenido poco tiempo para conversar, pero sí tenemos entrenamientos físicos todos los días, menos los miércoles y viernes, con el nuevo preparador físico (Mario Martínez), que se ha incorporado bien al grupo, sirviendo el juntarnos para darnos tiempo para nosotras también, nos reímos, nos ha servido harto.
-Me contabas sobre la amistad como gran valor en el club. ¿Con quiénes lograste este tipo de relación?
– Actualmente encontré la amistad con Javiera Santander, ella es un apoyo 100%, nos llevamos muy bien, es un siete, la considero una de mis mejores amigas y también juego con varias de mi generación en el colegio, he mantenido esa relación y ahora las conozco en otra etapa como a ‘Jo’ Cabezas, ‘Vale’ Labowitz, ‘Jesu’ Adriazola, ‘Pancha’ Merino, ‘Meche’ Izquierdo… y con la mayoría del equipo me llevo muy bien.
Una vez egresada del Colegio, Victoria Müller pasó directamente a Primera B, y uno de los objetivos es dotar de mayor competitividad a la categoría.
LA EXPERIENCIA EN COGSITAS
-Además de jugadora, fuiste entrenadora de las series más pequeñas. ¿Qué tal esa vivencia?
– «Yo trabajé cuatro años en el club y pasé por sub-8, sub-6 y sub-5 cuando se abrió por primera vez, y es una etapa de mi vida que me marcó, fue una experiencia que me hizo dar cuenta el tipo de profesora que soy y a lo que quería llegar, que tengo de verdad la vocación, en lo que quiero estar y siempre he querido hacer; el año pasado fue el más relevante, porque eran niñas muy chicas, las de cinco años tienen una cercanía distinta con los profesores, si bien no tienen desarrollada la motricidad, logramos muchos avances y fue satisfactorio constatarlo a final de año».
-En lo personal, ¿tuviste entrenadores que marcaran tu etapa formativa?
-“Me pasó de más grande, cuando niña nunca me sentí marcada por un profesor, obvio que las relaciones siempre eran geniales, pero en el hockey en sí, destaco a Felipe Tapia, porque se dedica a entrenar de manera personalizada a cada una, con preocupación, de sacar el equipo adelante, siempre ha sido de mantener al grupo con la frente en alto, que si nos va mal, y por lo menos a nosotras como Primera B, nos marcó harto como entrenador. También recuerdo a Daniela Otero, Camila Cabargas, Rony Stein, y en el colegio, a Anita Cabrera.
– Ya como educadora de párvulos en Craighouse, me imagino que las clases virtuales también constituyen todo un desafío
– “Es muy complicado, porque creo que una de los principales aspectos de la educación en los niños cuando son tan chicos es la interacción entre ellos, con las profesoras, las habilidades sociales, todo es en base a lo práctico, al tacto y obviamente esas opciones se han disminuido, pero han respondido súper bien.
Los papás han apoyado harto, ha sido un trabajado súper duro de parte del Colegio, nos han entregado hartas herramientas para que se nos haga más fácil, pero es el doble de tiempo que lo normal, hay que dedicarle tiempo a aprender toda una forma nueva, aprender programas, compartir pantalla, es un nuevo desafío, pero aprendiendo día a día”
-¿Qué mensaje le entregarías a las niñas para afrontar el confinamiento?
– Este el momento que tienen que ser empáticos, pensar en el otro, y que cuando uno se cuida a uno mismo está cuidando al otro, que hay que adaptarse y estoy segura que vamos a salir adelante.